Es la de más aceptación en la
actualidad, junto con las impresoras de chorro de tinta. Ofrece gran variedad
de tipos de escritura, un nivel de ruido mínimo y una elevada rapidez en el
trabajo. Utilizan básicamente la misma técnica de impresión que las
fotocopiadoras. La impresión no es línea a línea, sino por páginas. Esto le
obliga a disponer de una memoria de trabajo lo suficientemente grande. Las
representaciones gráficas fácilmente ocupan varios Mbytes, mientras las matriciales
debido a su técnica de impresión por líneas, necesitan solamente un buffer de
unos pocos Kbytes.
El color se lleva al papel
mediante carboncillo (toner), que es incinerado a continuación. La luz y el
calor de un láser crean la imagen de impresión. Una característica más
importante de estas impresoras es que el texto y los gráficos se elaboran e
imprimen conjuntamente. La calidad de impresión es muy alta y también lo es la
velocidad.
El principio de funcionamiento visto para impresión
monocroma también se conserva en las impresoras láser color. Los cuatro colores
(CYMK) de tóner están contenidos en el cartucho. Un procedimiento de impresión
requiere una secuencia de cuatro vueltas del tambor (o correa de transferencia)
para imprimir una página, a razón de una por color. En cada vuelta, el haz
láser (o un sistema de efectos equivalentes) "dibuja" los puntos del
cilindro que deben atraer las partículas de tóner con uno de esos cuatro
colores. El tóner de otro color adherido en vueltas anteriores se mantiene en
la superficie del cilindro. En la cuarta vuelta también tiene lugar el proceso
de fijación de los colores de tóner al papel.
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